sábado, 23 de enero de 2010

SENTIMIENTOS.-

15/06/08.-

Y todos acabamos sufriendo…


Porque la embriaguez que provocó aquella ilusión se disipó en el tiempo.
La aceleración desmedida de la sangre corriendo por la venas, se detuvo para dar paso a un tránsito sereno que no acepto. La celebración de cada pensamiento, cada idea, se adormeció en un líquido elemento…


No se puede vivir en ese constante ascendente, lo sé. No se puede vivir suspendido en el aire. En algún momento había que posarse, o había que caer. Porque el sufrimiento que provoca el recuerdo de aquella sensación es tan intenso como lo fue la misma.Y ahora se está cerrando y me está ahogando. Se comprime en mi interior, lo siento en el pecho, lo siento en la boca del estómago. Quisiera que fuera un vacío y no lo es, porque tiene un contenido. Y todavía me alimenta. Me alimenta día a día, no puedo dejar de desearlo como al aire que respiro. Pero hay algo que me frena, tal vez la fina tela de la incertidumbre, tal vez el no saber qué camino he de seguir.


Sé que todo esto no depende sólo de mi cuerpo, ni de mi mente. Sé que hubo un hecho que produjo este caos. Un algo que se aferró a mi piel absorbiendo mi sangre para debilitarme y lo consiguió. Cerrándome el paso del gozo, del poder disfrutar como quería de aquel fermento delicioso.


También sé que tal vez no hice lo suficiente para mantener viva esa llamarada interior que se fue consumiendo, hasta convertirse en brasas. Tal vez mi pecado haya sido la mansedumbre, la cordura, el saber mantenerme donde toca. Tal vez si hubiese dejado aflorar mi pasión arrolladora, la situación fuera muy distinta ahora, a veces pienso que tanta energía contenida, tanto grito acallado, me ha angustiado.


A veces pienso, que todo debe convertirse en nada en el instante en que se acaba, que no se debe permitir la agonía del herido. Pero no sé si prefiero este sentimiento o el entierro total en alma y cuerpo.-


QUÉ SE ENCUENTRA?

22/06/08.-






¿Qué se intenta encontrar en una noche oscura? Las huellas de un pasado incandescente. La ilusión del encuentro en las palabras. La sonrisa de un corazón que ansiaba. Mil estrellas en ronda en la galaxia. Un paseo. La caricia. Compartir el deseo de la piel en el verano.

¿Qué se encuentra? La distancia. El cansancio provocado. El vacío que se escapa entre los dedos de mis manos. Un quizá, un tal vez, un no sé. Una duda cruel y muda que se rinde al desconcierto de un pensamiento muerto.

Y me resisto en la inocencia de esta inconsciencia que se arraiga como hiedra en la piedra de este muro aún sin fin. Y lo araño hasta ver del otro lado, cómo el manzano se acerca a las estrellas sin besarlas. Cómo juega con la luna entre sus ramas. Cómo clava su silueta tras un fondo de poetas, que por frutos dan palabras.

Y me resisto a la idea de no ver la vía láctea. De no rozarla de cerca con mis labios aún húmedos, de no tocarla. Me resisto a no volar entre la luz de los cometas.
Me resisto a no probar de esa boca el sabor de las gotas cristalinas que bañen mi piel por donde el delirio de un sueño inconfesado, transmute en realidad. En una realidad tan viva, pero tan abandonada.

Propuesta indecente (y la respuesta) .- 13/09/08.-


sé que va a llover cuando de noche huele a lluvia el aire. Lo sé también porque a veces me duele la espalda; esas son ya cosas de viejos, parece. Por desgracia, he crecido.

Bueno, esta no es la me lodía que me inspiró, la otra, bellísima, no pude descargarla... Así que, intenté hacerlo con esta, espero que te parezca apropiada:

http://cid-bd13e6f514e77bc9.skydrive.live.com/...




Hoy se me ha ocurrido hacerles a todos los que, buenamente pasan por aquí, mis amigos en lista, y aún a aquellos amigos que se han hecho del corazón aunque no nos tengamos en las "ventanitas" y me dejan afectuosos mensajes privados y a los que, distraídamente se topan con mi página, una propuesta indecente...

Pero antes, quiero que, acompañados de esta bellísima melodía, leáis mis palabras...

A tí:

Te propongo, por un momento, que te detengas... que te quites los zapatos, como siempre digo, que te olvides de tus ciber-amores, que evites buscar en el exterior por un instante y que, dejándote volar con el pensamiento, busques en tu interior...

Seguramente tendrás guardado en tu cajita de cristal un bello recuerdo de tu infancia o de tu adolescencia, algo que te dejó una bonita sensación, algo que te causó placer por vez primera, un descubrimiento, una imagen, una melodía, un acontecimiento, una travesura que hayas hecho en soledad o compartida, una palabra que te dijeran, que te haya llegado al corazón o a algún rincón de tu ser, algo que haya despertado tus sentidos o sentimientos, algo que consideres gracioso o bonito y muy tuyo, muy de tu interior, pero que has recordado y comentado más de una vez en familia o te lo han contado...

No me importa cómo lo escribas, a veces me dices que tienes faltas de ortografía, no importa, eres tú y si me dejas, te ayudaré (para eso soy maestra... ). El corazón, no detecta esas faltas, se fija más en tí, en tu valor para contar por aquí esto que te estoy pidiendo... Upsss... se me escapó!!!. Pues ésta, ésta es mi propuesta indecente. Sé que te atreverás, que serás capaz de contármelo en un mensaje privado y yo, lo publicaré, agregándolo día a día, o cuando pueda aquí, a este blog. Te atreves?

Comienzo yo, este es el recuerdo que quiero compartir...

Hasta los 11 años, tuve dos abuelas y un abuelo. Amadísimos los tres. Por razones familiares, a mi abuela Victoriana, "La abuelita Abue" como le decíamos con mis primos; la veía muy poco. Era la madre de mi padre. Un cielo de mujer, lo más suave y bondadoso de que tenga recuerdo... No sé si alguna vez se enfadó conmigo por algo... Imagínala, típica abuelita de cuento, regordeta, de piel muy blanca y cabello gris recogido con un moño, siempre con un delantal...siempre haciendo tartas, postres y mermeladas... y ese es mi sencillo recuerdo... Mi abuelita Abue y su mermelada de naranjas... deliciosa, con trocitos de peladura pequeñitos y cortados en tiritas muy delgadas... Mira si seré tonta, que en este preciso instante una lágrima recorre mi mejilla... Y todo por recordar un sabor, una textura, un color dentro de un bote de cristal. Una merienda sentadas en el comedor de la casa de la hermana mayor de mi padre, mirando los dibujitos en la tele. Y ella, a mi lado, untando panes con mantequilla y mermelada de naranjas... Nunca fue la misma, pero siempre, a lo largo de mi vida, hubo un bote de cristal en la nevera de mis padres y en la mía también con mermelada de naranjas... Comprada, sin el vuelo de sus manos suaves, blancas y regordetas pelando, troceando y exprimiendo, pero mermelada de naranjas-comprada-recuerdo-abuelita Abue.. Mi beso iluminado allí, donde estés, querida abuelita Abue..



Ahora te toca a tí, sé que no me vas a defraudar. Espero ansiosa tu mensaje y si te apetece una foto, lo que quieras...veremos qué nos sale. ANIMATE !!!

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Instintivalía dice:

"Para empezar... recuerdo unas sábanas frías, el olor a humedad de las paredes y de la menta-poleo que nos traía mi abuela a la cama. Cuando nos atrevíamos a sacar la nariz fuera de la cueva.... Dios... el olor del incienso salvaje que inpregnaba el aire. Ese olor, siempre me hace llorar. Siempre..."

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checo367 dice:

"Cuando eres niño, eres inocente, eres confiado, amas por un caramelo, ries por todo, lloras por nada. Vives la vida tal cual es. Si eres niño eres feliz solo con una pelota, una muñeca o con un chupa chups... Cuándo dejamos de ser niños? Cuando somos grandes, cuando somos felices, cuando más tenemos o cuando más queremos. Yo soy feliz pensando en que cuando era niño fui feliz y ahora espero conocer a alguien feliz para tener felicidad y poder brindarla. Si eres feliz la gente se pondrá feliz, asi que trataré de seguir siendo siempre un niño. Ser feliz depende de uno mismo , no de los demás. Si eres feliz puedes ayudar a ser feliz a alguien. Yo tengo hijas y pienso en cómo hacerlas feliz todos los días, sin cosas materiales... "

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lostdawn dice:


" Recuerdo un día de verano...no sé si dormí en casa de los abuelos o me llevaron de mañana, no sé si mis padres estaban allí o me dejaron con los abuelos. Ni siquiera puedo recordar qué edad tenía. Sin embargo, recuerdo que era verano y la temperatura de la mañana era sorprendentemente tibia en ese pueblo frío.
Recuerdo perfectamente a la abuela, siempre vestida de negro o de muy oscuro, con su pelo de plata recogido en aquel moño que se peinaba por las mañanas, mojando el peine en agua.
Y recuerdo que de pronto la abuela decide llevarme con ella. Las vacas necesitan salir a pastar, y hoy toca un prado nuevo para mí, de nombre inolvidable por ese sólo día...Las vacas saliendo del establo...la abuela dirigiendo la operación salida con una de sus temibles varas en la mano y yo saltando por allí....¿cómo puede alguien temer a una vaca?.
Tomamos la dirección del centro del pueblo, pasaremos por la fuente del abrevadero y saldremos por el lado contrario a la casa que me vió nacer. Es absurdo, pues recorrí ese camino cientos de veces, y sin embargo......puedo recordar ese día.
Todo lo que veo en el camino llama mi atención, como si lo viese por primera vez, y voy de descubrimiento en asombro, de maravilla en sorpresa......las hierbas en flor....los escarabajos...las filas de hormigas.....las mariposas....los pájaros surcando el azul....Cada trozo de muro, cada piedra, cada prado ofrece a mis ojos tanto que ver , y yo no conozco aún palabras para nombrar todo eso, ni siquiera pienso en que hay palabras para ello.
En el prado, que a mis ojos en inmenso y lleno de misterios, mi abuela me deja corretear como un animalillo salvaje, y me dedico a explorar los bordes arbolados, el regatillo medianero que mantiene al prado esmeralda intenso, los muros de piedras repletos de vida y belleza por descubrir. Mientras, la abuela se sienta y vigila el ganado con un ojo, con el otro a mí, y en las manos tiene alguna clase de labor. El tiempo pasa, tan dulce, tan dichoso que no parece pasar.
La abuela se ha levantado y se ha acercado a un grupo de matorral, y parece estar cortando algo...Su voz aguda y amadísima me llama a su lado, sentada de nuevo ahora al borde del agua.
Miro sin entender nada......es una rama de tojo, ese violento tojo de mi tierra, con sus tremendas espinas, lo que tiene en las manos, y le da vueltas, como decidiendo....
Entonces, lentamente, y riendo de mi cara, saca con cuidado varias espinas de forma que lleven algo de la piel de la rama, como un remedo de ala. Ha cortado una delgadisima varilla de aliso, la ha deshojado y mide el ancho del regatillo de agua con ella. Ahora prepara dos palitos más, con forma de horquilla, y con parsimonia los clava a ambos lados del agua. Toma las espinas, y una a una, cuidadosamente, las clava en la rama, en círculos, dejando el faldoncillo de corteza libre..............me mira, sonríe ................y coloca la ramita sobre las perchas de forma que las alas de las espinas tocan el agua.........
Un molino.........es un molino.......gira y gira con la corriente, pasmosamente rápido, increíblemente bello......y la abuela ríe feliz mientras yo siento por primera vez en mi vida el éxtasis de la contemplación de la belleza, surgida en donde nadie la esperaba.......
No puedo recordar ni un segundo más de aquel día.....pero puedo dibujar exactamente la cara de la abuela , y mi molino.........mi molino de espinas y aliso........mi molino........."

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boheme_para_ti dice:


"Es increíble la facilidad o dificultad que tiene mi cabeza de ir dejando en un rincón de su archivo las anécdotas y simpáticos recuerdos, quedando sin embargo, marcadas sensaciones y registros.

La casualidad, tal vez, me trajo hasta la memoria el día aquél en el que solitario me quedé en el colegio. Cuatro años debería tener o como mucho cinco, cuando mi profesora de aquel tiempo, entre azotes y mimos me tenía y un buen día me castigó sólo en un cuarto por hablar demasiado.

Aún es hoy el día que me pregunto si es que yo hablaba tanto en clase o simplemente me faltaba la habilidad de disimularlo, puesto que hoy día la conversación fluida no es la cualidad que mayormente destaca entre las mías.

Llegó pues la hora de la salida de las aulas al final del día y todavía no tenía el castigo levantado. Por la puerta salieron los alumnos en fila y Ángeles, mi profe, de última, de la puerta había tirado. Allí seguía yo en el cuarto dudando si todavía estabacastigado, si debería permanecer allí ya que todos se habían marchado.

Por fortuna la puerta de salida no tenía el cerrojo echado y la entreabrí en la duda de si debía permanecer en ese eterno castigo o salir pitando. Al asomar la cabeza veo acercarse a mi madre aparentemente enfurecida, la torno a cerrar porque todavía no sé lo que me espera. Como insistió petando la puerta y no era plan que yo estuviese dentro y ella fuera, la abrí al fin y me tomó de la mano y me sacó para afuera.

Al día siguiente reconoció mi profe que tanto me mimaba que de mí se había olvidado."

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SilenciosdeLua dice:


"Los recuerdos de mi madre a la que perdí con 10 años hacen que sean de muy temprana edad, pongamos que esto pasase cuando tenía unos 6 o 7 años….
Muchas veces pienso en esa sensación la comparo con el amor. Parece una locura pero a ver que os parece…
Cuando recién terminado de llover tu madre decidía salir a comprar, te ponía las botas de plástico para la lluvia y salías, de su mano, mi madre siempre oliendo a Joya…Dios que hermoso recuerdo…
Recuerdo que iba con ella a las antiguas tiendecitas de barrio, esas de las que todos sabían de las cosas de todos, que se ayudaban entre ellos, tu no entendías nada de lo que decían y, mientras mi madre esperaba turno, yo pegaba mi nariz a la puerta de cristal notando como el charco me llamaba… ¡¡¡ven… ven!!! Yo salía hacia el directamente, tranquilamente, entonces en aquella calle de Madrid apenas pasaban coches, mientras ella compraba.
Tres minutos magníficos, donde mi "escapada" era genial, salía a hurtadillas, de puntillas, como si no pudiesen verme.
-Por supuesto que me veían sobre todo los tenderos, aunque no decían nada, miraban a escondidas a ver que iba ha hacer- y yo como sintiéndome invisible, despacito iba metiéndome, cuando estaba dentro mis ojos se abrían expectantes, era un placer tan…sublime, el de hacer algo “malo”.
Comenzaba a subir un pie lo dejaba caer y hacia lo mismo con el otro, luego el otro… así iba aumentando el ritmo, hasta que terminaba en un derroche de energía desbordante haciendo que el agua del charco salpicase cualquier cosa que hubiese a mi alrededor incluyendo a mi madre que daba vueltas alrededor de mi levantando una ceja hasta que me cogía del brazo y me sacaba de allí, dándome un azote, y volviéndose para que no la viese sonreír mientras los tenderos se partían de risa ya no disimulada y me daban una piruleta.
La sensación que yo sentía…
Esos tres minutos…
Creo que necesito tres minutos dentro de un charco."


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Talish_de_Zander dice:

Yo sé que va a llover cuando de noche huele a lluvia el aire. Lo sé también porque a veces me duele la espalda; esas son ya cosas de viejos, parece. Por desgracia, he crecido.

Cuando era niño, guardaba mis ilusiones en cajas de cartón agujereadas llenas de gusanos de seda blancos y suaves que alimentaba con la morera que cogía de los árboles. Lloraba cuando decidían volverse mariposas y cubrirlo todo con huevos diminutos. Lloraba y (creía) hacía llorar a la lluvia y, desconsolado, me mojaba los pies en cada charco.

También tuve tortugas que enterré en cajas grandes de cerillas y lloré mucho porque aquéllas no se volvieron nada; decidieron un día darse la vuelta y esperar a morir panza arriba. Es triste siendo niño ver morir pequeños seres que tantas horas pasanrobándote los ojos.

Mi misión: descubrir a la carpa ahogada en su locura y cuidar gorriones caídos de su nido y muertos desde el instante en que la madre los tira. Enterrarlos a todos y cubrir su silencio con tierra, hierba y flores e imitar a los viejos en sus rezos susurrados y creer que están vivos porque brilla la noche en sus estrellas, y los grillos son ellos que se han vuelto fantasmas...

Mi reflexión: Lo triste de los labios de un poeta es que sólo sirven para besar besos frustrados. Lo doloroso de sus ojos: sólo sirven a la ceguera soñando la luz total. Lo ingrato de sus oídos: sólo sirven para los sonidos de las afinidades interiores. Lo bueno de la muerte de un poeta es que sólo sirve para transmitir la ilusión por corregir errores, sabiendo que la única sabiduría que alcanzamos, es la que se produce después del suceso

DURMIENDO EN EL BOSQUE.-

Si... 18/07/08.-

Si pudiera expresar con palabras lo que mi cuerpo siente cada mañana... Si al menos las palabras salieran de mí como brotan a mi paso jazmines en el viento. Si supieras que la brisa me acaricia y es tu mano. Si supieras que un sonido eres tú, una música eres tú, inundando mi sentido de equilibrio.Si supieras que te busco en la acera del calor, pero que a la vez eres la sombra que refresca mis senderos.

Si supieras que te bebo a cada instante. Si supieras que me alimento de tu respirar y que quito tu sudor para volverme a saciar... Comprenderías que vea a través de tu mirada, comprenderías lo que significa "clavada". Comprenderías mi vuelo en cada ave, mi sonrisa en cada hierba, mi cantar en cada cascada...

Comprenderías que "Ausencia" ya es un verbo y pretérito y no la es tal
.-




" Durmiendo en el bosque" .- 09/07/08.-

01:03 y tú rebotando en mi cerebro. Sí, “rebotando”, como una pelota de goma. No me dueles, te siento allí.

Acaricio la cama, sintiendo esa curva de tu vientre que sabes que está, que es tan tuya como el vello masculino de tus brazos que me abarcan, llegando a tus manos. Pienso en tus manos, en tus dedos finos y alargados que rozan mis labios o que juegan entre mi cabello para ayudarme a dormir. Pienso, te pienso, no dejo de pensarte.

La almohada me huye, se siente estrujada, no me soporta más. No puedo dormir y hoy no hace calor. Una tenue brisa entra a través de las persianas. No hierve mi piel, hoy no. Es mi cerebro el que no deja de bullir. No sé si a mis neuronas se les ha dado hoy por escuchar rock, y del pesado, de ese que no soporto. No sé si se ha sumado mi corazón al concierto o si son todos los que se han empeñado en quitarme el sueño. Después de todo, que más da una noche más de insomnio. A ellos no les importo. Una noche más, justo hoy que se puede…

Me encuentro escribiendo como una adolescente. Como si el tiempo no hubiera pasado para mí, como si el atardecer de mi vida otra vez se convirtiera en una mañana.

No puedo pensar en mañana, no sé si habrá mañana. Sólo puedo permitirle a mi cerebro guardar el instante. Que todo quede intacto, que el tiempo se detenga, que no retroceda, que no avance. Que siga siendo yo como ahora para ti, con mis cuarenta y quince años, con mis arrugas nacientes y mi cabellera mentirosa pero aún suave, con la vista que todavía enhebra agujas, con mis piernas y mis brazos aún firmes, que no envejezca más. Que el tiempo me duerma en una caja de cristal y los siete gnomos del bosque encantado me protejan para que nada ni nadie me pueda cambiar, para que todavía me encuentres preciosa cuando me vea tu corazón.

Te invoco desde el balcón del primer piso de mi palacio, te envío palomas blancas con besos envueltos en pañuelos de seda azul cada vez que te cruzas por mi mente. Los brujos y hechiceras del bosque se empeñan en decirme que tienes que ser tú el que aparezca en el caballo blanco que te regalé, que vengas montado o que vengas caminando, pero que vengas.

Hoy he comprado esta cuerda mágica e imaginaria que cruzará el mar para que llegue donde estás tú y la uses para seguir el camino que te indique.

He pedido que cuando muera, esparzan mis cenizas en primavera, en un campo cubierto de flores amarillas, pero antes de morir, quiero recorrerlo de tu mano.-


MI MUNDO.-

Mi mundo.- 26/07/08.-



Soy de un mundo sin fronteras, sin el límite del “no se puede”. Soy de un mundo insatisfecho en la eterna búsqueda del Santo Grial. Soy de un mundo donde el momento se petrifica para que se detenga, se inmortalice. De un mundo desde donde me cobijo del influjo maligno de las corrientes frías.

Soy de un mundo sin fronteras con inmensas murallas internas al que sólo dos o tres bienaventurados viajeros del cosmos pueden ingresar. Soy de un mundo encarcelado en una música compuesta en el pentagrama del silencio.

Soy de un mundo en tinieblas que se esmera cada día por quitarse el velo para dejar pasar los rayos del sol. De un mundo de sombras que se hechizan bajo el influjo del querer iluminar.

Dicen que cuando más sonríes, más lloras por dentro; que cuando más guías, más necesitas que te conduzcan por el camino trazado; que cuando más das tu palabra de aliento, más necesidad tienes de que te devuelvan versos; que cuando más bendices, más deseas que te rediman; que cuando más tiendes tu mano, más necesidad hay de cobijo, de protección.

Dicen que a mayor deseo de agua fresca, más ofreces tus efluvios para que otros sacíen su sed.
Que a mayor necesidad de sostén, más tiendes cuerdas para que quien las necesite se aferre a ellas.

Soy de un mundo donde el grito desgarrante de las entrañas transmuta en melodía interna para acallar cada dolor.

Soy de un mundo donde el fantasma se combate hasta que se convierte en duende.

Soy de un mundo donde no se permite el insulto a la vida, aunque ésta se empeñe en editar un diccionario de vocablos con significado hiriente.

Soy de un mundo de rosas que ocultan las espinas que las lastiman; de un mundo de cánticos de adoración que se entremezclan con sonidos desacordes.

Soy de un mundo donde la magia de cada día se convierte en conjuro grotesco al caer el sol; donde el sol se enciende para dar vida pero que puede apagarla con la más mínima demostración de inconsistencia.

Soy de un mundo que pugna por echar palomas al vuelo para que crucen los mares llevando cartas de amor aferradas a sus delgados anillos de aluminio, pero de un mundo que sabe de barreras ambientales.

Soy de un mundo de tristezas como alfileres, de penas como agujas, de recuerdos de besos y caricias y noches de insomnio con la mirada aferrada a un verso que se escribió antaño y que no se lee con los ojos porque la vista dejó de ser sentido para convertirse en sentimiento. Y el reflejo de la luz enceguece de una manera que ya se aplican otros sentidos para crear el estímulo que acciona los mecanismos del corazón.

Soy de otro mundo. Del mundo de la lejanía, del reino del tal vez, del mundo del revés de la filosofía de medianoche, que se comparte con quien desea recibir haces de luz.

Porque la luz me cubre, me protege para proteger a quienes piden caricias en forma de palabras, que me brotan a raudales. Soy de este mundo que grita a las constelaciones para que no dejes de bailar al compás de esta música relajante regalada. Soy de este mundo que ya no gira en torno a sí mismo, ni se desplaza alrededor del sol, soy de este mundo que rota y se desplaza como mundo paralelo al mundo inventado por tu sentimiento.-

LA VIDA.-

Es la primera vez que escribo dejándome llevar por la música y la sensación que me transmite, por eso, te invito a que la bajes y te dejes llevar, tal como me sucedió a mí:

http://cid-bd13e6f514e77bc9.skydrive.live.com/...




LA VIDA...


La vida no es mágica ni es magia… La vida fluye como un manantial fresco sediento de acontecimientos mágicos o con magia. A veces, cruza nuestro camino y quedamos allí, en intersección cautivadora, en anhelo extasiado de porvenires no soñados, quedamos a la espera de que nos de la mano para ir con ella a descubrir secretos que nos ha escondido en otras épocas, que nos ha ocultado por sus razones profundas, para revelarlas en el momento menos pensado.

A veces resulta que se prepara, se viste de colores transparentes para cautivarnos y para que nos sintamos como gotas de rocío descendiendo por el cristal suavemente, relajadamente, sin prisas, sin temores, sin pensar en lo que vendrá. A veces…

Me gusta, de cuando en cuando dejarme llevar por esa sensación de frescura, de líquida pureza, de burbuja o espuma deliciosamente blanca…

Me gusta, de vez en cuando permitirle que me acaricie la espalda como un beso líquido de amor sediento, sentir el escalofrío de la primera vez, sentir esa humedad del primer contacto sin más anhelo que el instante vivido…

Me vuelvo silencio cuando puedo, para dejarla entrar en mi interior sin que se asuste. Intento respetarla,
acariciar sus cabellos rozando levemente con mis uñas su piel, la veo disfrutar y disfruto.

Le permito contarme sus cuentos, sus sueños, sus rezos… Le dejo que me engañe si es su antojo. La consiento, la protejo de aquello que pueda dañarla. La espero, le dejo que me viva. La toco con mi luz buscando luces, buscando el tintineo de sus aleteos de luciérnaga, intento no apagarla para que no me deje.
Para que me permita seguir volando en su interior protector, para que no me de la espalda, para que me permita seguir deseando, seguir anhelando, para que me permita seguir acariciando con mis pequeñas manos futuros inciertos pero libres. Para que me deje seguir fluyendo pura y cristalina, sin odios ni rencores.

La vida… No es mágica ni es magia. La vida eres tú, la vida soy yo, somos tú y yo, ínfimos, diminutos, intentando construir puentes de notas musicales, escalas ascendentes y descendentes por las que caminar con pasos pequeños pero seguros. La vida es cada mínimo instante guardado en el inconsciente para que no se escape. Es el río, el manantial, el líquido que fluye hacia el infinito desde el infinito.
No permitamos que se nos estanque.-

EN SOLEDAD.-

15/09/08.-




Otra vez la noche, el momento mágico para quienes tienen la suerte de amarse, de besarse, de acariciarse, de olerse, de respirarse…


Otra vez el momento de paz tan anhelado en mi día, el momento en que deseo reencontrarme con mi música, con la lectura, con alguien que no está. Otra vez el momento en que anhelo contar cómo me siento, en que necesito del beso, la caricia, el olor, la respiración…


Nuevamente escribiendo lo que percibo desde fuera hacia adentro, acompañada de mi soledad, nuevamente intentando hacerlo sin que mis lágrimas bañen el teclado. Porque esta soledad duele. Duele desde la célula a la corteza, desde la raíz hasta la hoja. Duele intenso e inmenso.


Si fuera capaz de hacerme mi propia compañera, qué bien podría sobrellevarme. Hay quienes dicen que la han elegido, que se han acostumbrado a ella a fuerza de hacerle compañía. A mí me cuesta. No lo voy a negar. Hay quienes han nacido para vivir en soledad, que la disfrutan que la cuidan , que la adulan … Yo necesito llamarme Soledad. Necesito convertirme en ella, ocupar su lugar, transformarme en ella. Necesito sentir sus sensaciones encontrándome a mí misma en su propia piel.


Me cuesta. No sé vivir sola. No sé si aprenderé o si algún día lograré llenarme el espacio infinito de mí misma y me da miedo. Sé que a fin de vivirme, me llenaré de mí y no sé si me seré suficiente. Y a eso le temo. Siento mentalmente el hormigueo de un abrazo y siento tanto que temo tener que guardarlo, ocultarlo, esconderlo detrás de mí ser.


A estas horas me veo durante todo mi día. Me retrotraigo. Me pienso haciendo para no pensar. Me siento sintiendo para no sentir. Me recuerdo intentando vaciarme de energía para no recordar. Me observo ocupada, engañándome en ocupaciones que se ocupan de distraerme de mi pasar.


Hago mentalmente y deshago. Construyo castillos nube a nube y los vuelvo a destruir. Armo puzzles de aire infinito y soplo cada pieza para que caigan ordenadamente dentro de su caja de cartón. Recorro los rincones de mi mente buscando un ángulo recto y no hay más que esquinas redondeadas sin puertas ni ventanas. Escarbo en la arena de mis deseos y no encuentro más que conchas vacías sin sus perlas. Y yo la elegí, yo la quise y por ella luché. He sido mi propia víctima satisfecha, del logro tan ansiado. He peleado para vivirla y hasta para morirla y ahora es ella quien me ahoga en mi mar de aguas polares, es ella quien me clava espinas de cristal. Es ella quien se convierte en espejo roto para mostrarme los fragmentos de mi yo interior.


Es ella quien se acerca y me cubre con esta manta de niebla en esta noche tan mágica para quienes comparten risas, caricias, placer… Es ella, la innombrable, la temida, la que oculto tras las cortinas pesadas de mi mente, la que no quiero mostrar a nadie, para que nadie se compadezca de mí. Es ella, la que se multiplica y se escinde como rama interminable y que me alcanza y me atrapa y te alcanza y te atrapa pero la intentas ocultar para que nadie se compadezca de tí, porque tú como yo, no la quieres reconocer...

Mis amadas... .- 20/10/08.-

Si te apetece, descárgate la música desde mi skydrive:

http://cid-bd13e6f514e77bc9.skydrive.live.com/...






Ella, la primera, la que vino sin pedir permiso. La que irrumpió en mi vida sedienta de mi ser. La que se aferraba a mí quitándome el sueño a cada requerimiento… La que vivió tormentas sin pedirlas, la que escuchó los truenos sin desearlo, la obligada.

Ella, la que me dio su sonrisa, por la que me desviví para que fuera siempre la rosa…
Ella, la que se quedaba complaciente esperando, observando cada paso, como pidiendo permiso, con esa timidez, con esa candidez, con esa delicadeza …

Ella, como jazmín de mi jardín, etérea. Como mariposa dispuesta a posarse en cada flor, dispuesta a dejarse llevar por la brisa… Como hoja al viento, como gota de agua en lluvia de primavera…

Ella, la que no demanda, la que hace y deshace a su antojo, la que derriba sola puertas y paredes, la que decide, la que atropella olvidando todo lo que hay a su alrededor, la que desgarra, la que habla con palabras que desarman senderos. La que remueve las malezas para hacerse camino, la que batalla, la que guerrea, la que se forja en la selva de la vida a expensas del peligro, sin miedo, en soledad…

Ella, la que navegó por los océanos de la calma, la que sintió la seguridad de unos maderos que flotaban por la suavidad de ese mar en reposo. Ella, la que se hizo a la luz en un atardecer estival, la que exigía ante cada necesidad, la que reía, la cautivante…

Ella, la que experimentaba, la que disfrutaba y gozaba de cada instante… La cruel déspota que dominaba al mundo con su sonrisa o con su llanto. Ella, en su inquietud permanente, en esa necesidad íntima de caminar siempre por la cuerda floja, pero pidiendo a gritos que la sostengan… Ella, el torbellino, la que me gira en cada abrazo, la que me besa, me acaricia, la que me da su calor constante, mi compañera.

Ella, que se va y regresa a cada instante. Que elige el vuelo y la distancia, que se limita, que pide a gritos la suavidad del nido. Que no entiende de caídas, que sufre antes del sufrimiento, que teme antes del temor…

Ellas, tan distintas, tan amadas. Ellas, que no pueden entender que el amor es compartir, es convivir, es discernir, deliberar para luego, acordar… Ellas, capaces de chocar cual planetas desafortunados, ante la mirada atónita y agonizante de una estrella que intenta iluminarlas…

Ellas, que agreden, que se imponen entre sí, que discuten por la primacía, que reprochan el amor. Capaces de destruir los cristales en pos de lo que cada una desea y determina. Ellas, intentando despegar hacia un cielo cambiante, hacia un cielo que no sólo las acogerá entre nubes de algodón.

Tan sólo ellas, que no entienden que en este enfrentamiento de flechas sin sentido, una paloma que no ven, es clavada en cada parte de su cuerpo y se desangra. Ellas que no notan al duende que las protege, continúan en una guerra sin sentido que sólo Dios sabe cuando acabará.

Ellas, mis amadas…

MUJER.-

Mujer que piensa, ¿En qué piensa?
Mujer que siente, ¿De veras siente?
Mujer dueña de si
y del hombre que la sueña,
con su alma en misterio rodeada,
robada del tiempo
al momento de querer.

Mujer, sinónimo de sueño,
de secreto y hermetismo,
de esperanza para el hombre
que le teme insensible, impasible
en su marcha por la vereda
al camino de la sombra estrellada,
gris a cuestas,
siempre vagando por respuestas,
buscando la luz salvadora de su mundo.

Mujer y su cabello,
veleta del viento,
cascada de lazos
de sus pasos vigilante,
cabalgante de sentidos
en la noche de verano
elevando sus manos,
implorando historias
de refugio en su memoria.

Mujer y sus ojos,
ventanas de misterio,
la llave del cerrojo,
el anclaje del deseo
de quien lejos se siente a su lado,
atrapado en su mirada oscura,
teniendo la vida si los mira,
comprendiendo la muerte en su partida.

Mujer y su boca
que sofoca con sus besos,
el templo del deseo
de la pregunta sin respuesta
que el hombre busca, mendiga,
pintándola, escribiéndola, deseándola,
amándola sin llegar y temer llegar
al final de la verdad.

Mujer y sus dos vidas, la de ella y la de él
que la confunde en cada estrella.
En cada centella de negrura se funde
fugaz, eterno motivo para seguir vivo,
para seguir pintándola, escribiéndola, deseándola
amándola aunque no llegue a comprender el mundo
aunque no lo llegue a entender.

Mujer, el principio y el final,
la creación y su destrucción,
la reivindicación y su destitución,
la tierra y el cielo, el calor y el hielo,
el remedio perfecto, ser sin defecto,
pura como oscura, deseada cura infinita
para la herida suplicia llamada existir
.

BÚSCAME.-

Búscame...

... en la tierra fértil, donde las semillas pugnan por salir a la luz, porque así es mi discurrir…
... en las flores amarillas de la primavera porque el sol les da la vida.
... en la brisa tibia de marzo, porque en ella permanecen los deseos de la juventud.
... en el canto alegre de los pájaros, porque cuando anidan es señal de que algo bueno está por comenzar…
... en un sendero de los más ocultos del bosque, porque estando allí, te daré mi frescura.
... al mirar la luna llena, porque ella nunca te negará el brillo que necesitas para iluminar tus noches de desolación.
... en la sonrisa de un niño, porque encontrarás la pureza del corazón.
... en el paso lento de un anciano, porque hallarás el momento reflexivo.
... en el pecho caliente de una madre alimentando a su hijo, porque soy capaz de mimar tu espíritu con mis palabras de afecto.
... en la taza de un café caliente, porque ella te invita a compartir la amistad.
... en las manos inquietas de un alfarero, siempre dando forma a lo que cualquiera imagina.


Pero también me hallarás…


… en la vertiente del Atlántico, porque hacia ella fluyen las aguas tormentosas que descienden de los Andes.
… en los bosques de estío, cuando una inocente gota de rocío es capaz de abrasar al más mísero pino…
… en las aguas bravas de la mar a oleadas, porque ellas destruirán los maderos que te hicieron flotar…
… en un torbellino, que te envuelva la mente hasta causar el desaliento…
… en un terremoto que se lleva vidas…


Pero no me temas…


… si eres capaz de sembrar con las palabras la ternura que se cosecha en un escrito.
… si eres capaz de mostrarme los trigales, y los campos soleados de tu tierra.
… si eres capaz de pronosticar lluvias que sacien las ansias de sentir la humedad de tu geografía.
… si eres capaz de leer las partituras del canto a una voz, del pájaro que vuela en mi mente…
… si eres capaz de observar mi luz, cuando la noche de tu discernimiento te halle eligiendo la respuesta más adecuada, aquella que de algún modo satisfaga mi forma de pensar o de sentir…
… si eres capaz de crear el entorno necesario que proteja mi ilusión.
… si eres capaz de deslizarte con seguridad por los ríos embravecidos de mi ansiedad…
... porque lo eres.

NUESTRAS CONFIDENCIAS (a Susi ).-

"Búscame... al mirar la luna llena, porque ella nunca te negará el brillo que necesitas para iluminar tus noches de desolación."


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" No puedo, me es muy difícil conciliarlo…"


Sé que me cuidas, como una hermana mayor siendo menor. Que me pides que descanse. Me pesa demasiado el corazón de lágrimas de melancolía. Y el cerebro pugna por salirse de su cauce.


Sabes de mis dolores más profundos, de mis angustias y desolaciones. Sabes de mis noches de desamparo a la búsqueda del abrazo que no encuentro. Sabes que a veces me siento como un perro sin amo y me extiendes tu mano a la distancia. Sabes que nada me es fácil, que la vida que tanto amo, cada día se me empina un poco más. Sabes que lucho con todas mis fuerzas por encontrar una salida acorde con mi pensar. Sabes de mis tormentos, que me parten en opuestos que no sé hacia dónde me conducen. Sabes que acabo eligiendo el fuego que me quema por dentro, a sabiendas de lo que me provoca, en lugar de ir al estanque de aguas quedas. Porque el fuego se atrae con el fuego. Porque me da su calor y su luz a la vez que acabaré muriendo
cada amanecer.
Pero sabes que puedo renacer como el ave fénix y seguiré dándole mi luz y mi calor
cada atardecer.


Intentas consolarme cuando siento derrumbarse las columnas de mi templo interior. Porque me las han hecho de cristal y en ocasiones el peso de mis bóvedas es tan insostenible que me quiebro y sabes que no sé por qué capricho de la naturaleza, por qué hay un porqué con el que cada noche de gélidas estrellas, algo, un secreto designio me conduce hacia las palabras que como el más poderoso de los adhesivos, me vuelve a reconstruir.


Y aquí estoy, con el alma desnuda otra vez, soportando las inclemencias del tiempo, caminando al filo del abismo, temiéndole al viento. Con la convicción de que
este haz de luz
que emito es como una vara que me permite hacer equilibrio para sostenerme y sostener lo mejor que puedo llevar dentro de mí misma.

Su amor.



CÓMO ESTÁS?

-Cómo estás?
-Viva…
-Existiendo…
-Subsistiendo…
-Sobreviviendo…


Últimamente, me siento como “acaracolada”, me cuesta expresar sentimientos, me cuesta “expresar”… Todo me queda dentro, tengo hasta miedo de llenar mi mente de pensamientos que no puedan ver la luz y me enmohesca…
Hay algo, no sé, un algo que me impide volar con la mente. Me siento atada. Debe ser una de las peores sensaciones del ser humano, ser esclavo en sí mismo, por no poder darse la libertad de decir… Es como morirse vivo. Mentiras que existo. Mentiras que soy. Ni sobrevivo, ni subsisto. Quisiera. Quisiera poco, quisiera mínimo, quisiera apenas… Pero ni apenas…

Las palabras se trocan en lágrimas que se deslizan hacia adentro y que vuelven de cristal mis pupilas. Un cristal que apenas lo tocas, se quiebra. Y hay miedo. Miedo de desear, miedo de estar, porque no encuentro respuestas. La nada, el vacío. Un precipicio sin final a la vista, por el que caigo. Un túnel oscuro por el que camino sin ver nunca la luz del otro lado y lo peor es que sé cuál es la luz. Un signo de interrogación sin el punto que lo corone o lo culmine. Una pregunta intrínseca. Una ida sin regreso. Un punto final.

Viva? Existiendo? Subsistiendo? Sobreviviendo?

MORIRÍA ALADA.-

Si me dieras alas cruzaría mares,
surcaría sueños, tejería anhelos.
Si me dieras alas de plumas, de velos,
acariciaría el tiempo sin dudas, sin celo.

Si me dieras alas, mi sed te daría
para que saciaras la piel de deseos.
Si me dieras alas, sé que viviría.
Me darías cantos,
me darías risas,
me permitiría mil frases de viento.

Si me dieras alas, mis días más grises,
mis sombras desiertas,
mis ríos de sangre,
mis campos de pena,
se transformarían en viejos recuerdos.

Y si por el aire un gramo de tu alma
pudiese flotar rozando los cielos
de este amor que siento,
al fin moriría
sin este dolor,
sin este tormento.

Moriría…
alada,
en tí,
en tu cuerpo

RUEGO.-

Agua que riegas los campos de la mente, desciende al infierno que me abraza, acaba con el dolor que comienza, llueve en las cavidades de mis ojos para borrar de ellos cuanto he visto escrito.
Que las palabras mueran al anochecer, que agonicen en ríos subterráneos, para que mi corazón no sienta.
Que un ácido ciegue mis pupilas y que no sea arrastrada a los confines de la sintaxis.
Que lo bello, sea sincero, que no sea mero palabrerío salido de la tinta, que la tinta corra por sus venas convertida en sangre.
Que perciba, que viva, que entienda.
Que no hay mayor incapaz que aquel que se mueve en sentido contrario a lo que la vida le presenta.
Que no hay agonía peor que aquella que rema contra el amor.
Agua de vida, borra, limpia, purifica…
Agua dame aire, dame fuerzas, dame vida .-

MARIPOSAS.-

Siempre me han asombrado las mariposas. De niña me maravillaban sus colores, la fragilidad de sus alas, el vuelo libre a donde las llevara el viento y su función de “agentes” de preservación de la naturaleza. Tan pequeñas, tan importantes…

No podía entender que hubiese personas capaces de matarlas “delicadamente” con el fin de tenerlas expuestas ordenadamente en una vitrina.

Llegó el momento de comenzarlas a “sentir en el estómago” al ver pasar a aquel chico que me cortaba la respiración... Y con el tiempo hubo una época de dar fruto, no sin antes sentirlas “revoloteando” en el vientre durante nueve meses…

Mariposas, siempre mariposas…

Cada día de esta, mi vida, cobró forma de insecto. Los hubo de luciérnagas curiosas, pesados como moscas, productivos como abejas, días que me clavaron el aguijón envenenado…

Y a mitad de camino y por un capricho del destino, volví a sentir las alas delicadas de las mariposas, formando un corazón multicolor que me hizo renacer al sentimiento, que me hizo vibrar a medida que avanzaba la primavera… Nuevamente era esa niña inocente, tierna, dispuesta a entregar el alma, ilusionada… Mis mariposas se permitieron volar y lo hicieron tan bellamente que ardían los ojos al verlas pasar.

Pero el coleccionista de mariposas decidió que habían volado demasiado tiempo y que había que detenerlas y las fue atrapando una a una y muy suavemente, como para no dañar la belleza que poseían, las fue adormeciendo, hasta que, en el último suspiro, quedaron expuestas ordenadamente en una caja de cristal. Cada día limpia con esmero el cristal para que se pueda admirar su belleza, las recuenta para que no falte ninguna, las protege a su especial modo… Se engaña a sí mismo, pensando que de esa forma permanecerán intactas de por vida…

Ahora las puedes ver allí, a todas y a cada una, clavaditas sus alas con alfileres, formando hileras, dejando el exacto espacio milimetrado entre unas y otras, como tumbas de cementerio… Las puedes ver allí, habiendo dejado atrás en cada corola, en cada pétalo del espíritu, el deseo escondido de permanecer, por siempre en vuelo, para formar corazones multicolores.

Mariposas, siempre mariposas… Mariposas de pena.-

SOY.-

Duermo en el regazo del universo
protegida por los senos de la madre del pueblo.
Despierto derramando movimientos
de atardeceres y deseos.
Soy invencible
Mi piel descifra el dialecto de los vientos...
Y mis dedos tocan tus canciones preferidas.

Soy espíritu, carne, mantra, madre, guerrera
de la esquina, la casa, la calle, el mar y la tierra.
Soy la gota primera que alumbra al cielo,
que da vida al océano contenido en tus ojos
de niño inquieto.

Hay un zumbido musical en mis entrañas...
Un resplandor escapando de mi ombligo que susurra...
Soy la entrada a la vida que devela ventanales
para enseñarte en un futuro a saltar
el muro de Ciudad Nostalgia.

Soy el punto de partida a tu destino...
Tu mapa primario para alcanzar el infinito.
Soy quien un día te dejará alzar vuelo
para reencontrarnos en el campo
de luciérnagas naranjas y flores amarillas...

VOY A DESEARTE...

Voy a desearte esta noche.
Voy a desear tu corazón, luego tu mente...
Voy a desear tu aire... el viento que avivó mi fuego...
Voy a desear las caricias que me estremecieron,
el agua que bañó mis costas, tu península...
Voy a desear el calor de tu voz en la sonoridad melodiosa de tus palabras.
Voy a desear tu piel sobre mi piel,
tu sed sobre mi sed, tu pasión acompasada y generosa...
Voy a desear tu energía que se cuela por mis poros penetrando en cada célula,
invitándome a actuar, a sentir, a vivir, a revivir, a resucitar, a hacer que me perciba unida a ti por un haz de luz...

Voy a desearte esta noche.
A desearte en mis suspiros y en mi respiración entrecortada.
A desearte en una lágrima que se deslice desde el alma, de esas que conmueven corazones y se atreven a regar espíritus de quienes sin quererlo se descubrieron cuando lo creyeron oportuno...
Voy a desearte destello esta noche, para que entres apresurado por mi ventana y te deslices entre mis sábanas abrazándome fuerte hasta que me despierte mañana.