sábado, 23 de enero de 2010

SENTIMIENTOS.-

15/06/08.-

Y todos acabamos sufriendo…


Porque la embriaguez que provocó aquella ilusión se disipó en el tiempo.
La aceleración desmedida de la sangre corriendo por la venas, se detuvo para dar paso a un tránsito sereno que no acepto. La celebración de cada pensamiento, cada idea, se adormeció en un líquido elemento…


No se puede vivir en ese constante ascendente, lo sé. No se puede vivir suspendido en el aire. En algún momento había que posarse, o había que caer. Porque el sufrimiento que provoca el recuerdo de aquella sensación es tan intenso como lo fue la misma.Y ahora se está cerrando y me está ahogando. Se comprime en mi interior, lo siento en el pecho, lo siento en la boca del estómago. Quisiera que fuera un vacío y no lo es, porque tiene un contenido. Y todavía me alimenta. Me alimenta día a día, no puedo dejar de desearlo como al aire que respiro. Pero hay algo que me frena, tal vez la fina tela de la incertidumbre, tal vez el no saber qué camino he de seguir.


Sé que todo esto no depende sólo de mi cuerpo, ni de mi mente. Sé que hubo un hecho que produjo este caos. Un algo que se aferró a mi piel absorbiendo mi sangre para debilitarme y lo consiguió. Cerrándome el paso del gozo, del poder disfrutar como quería de aquel fermento delicioso.


También sé que tal vez no hice lo suficiente para mantener viva esa llamarada interior que se fue consumiendo, hasta convertirse en brasas. Tal vez mi pecado haya sido la mansedumbre, la cordura, el saber mantenerme donde toca. Tal vez si hubiese dejado aflorar mi pasión arrolladora, la situación fuera muy distinta ahora, a veces pienso que tanta energía contenida, tanto grito acallado, me ha angustiado.


A veces pienso, que todo debe convertirse en nada en el instante en que se acaba, que no se debe permitir la agonía del herido. Pero no sé si prefiero este sentimiento o el entierro total en alma y cuerpo.-


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