sábado, 23 de enero de 2010

LA VIDA.-

Es la primera vez que escribo dejándome llevar por la música y la sensación que me transmite, por eso, te invito a que la bajes y te dejes llevar, tal como me sucedió a mí:

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LA VIDA...


La vida no es mágica ni es magia… La vida fluye como un manantial fresco sediento de acontecimientos mágicos o con magia. A veces, cruza nuestro camino y quedamos allí, en intersección cautivadora, en anhelo extasiado de porvenires no soñados, quedamos a la espera de que nos de la mano para ir con ella a descubrir secretos que nos ha escondido en otras épocas, que nos ha ocultado por sus razones profundas, para revelarlas en el momento menos pensado.

A veces resulta que se prepara, se viste de colores transparentes para cautivarnos y para que nos sintamos como gotas de rocío descendiendo por el cristal suavemente, relajadamente, sin prisas, sin temores, sin pensar en lo que vendrá. A veces…

Me gusta, de cuando en cuando dejarme llevar por esa sensación de frescura, de líquida pureza, de burbuja o espuma deliciosamente blanca…

Me gusta, de vez en cuando permitirle que me acaricie la espalda como un beso líquido de amor sediento, sentir el escalofrío de la primera vez, sentir esa humedad del primer contacto sin más anhelo que el instante vivido…

Me vuelvo silencio cuando puedo, para dejarla entrar en mi interior sin que se asuste. Intento respetarla,
acariciar sus cabellos rozando levemente con mis uñas su piel, la veo disfrutar y disfruto.

Le permito contarme sus cuentos, sus sueños, sus rezos… Le dejo que me engañe si es su antojo. La consiento, la protejo de aquello que pueda dañarla. La espero, le dejo que me viva. La toco con mi luz buscando luces, buscando el tintineo de sus aleteos de luciérnaga, intento no apagarla para que no me deje.
Para que me permita seguir volando en su interior protector, para que no me de la espalda, para que me permita seguir deseando, seguir anhelando, para que me permita seguir acariciando con mis pequeñas manos futuros inciertos pero libres. Para que me deje seguir fluyendo pura y cristalina, sin odios ni rencores.

La vida… No es mágica ni es magia. La vida eres tú, la vida soy yo, somos tú y yo, ínfimos, diminutos, intentando construir puentes de notas musicales, escalas ascendentes y descendentes por las que caminar con pasos pequeños pero seguros. La vida es cada mínimo instante guardado en el inconsciente para que no se escape. Es el río, el manantial, el líquido que fluye hacia el infinito desde el infinito.
No permitamos que se nos estanque.-

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